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  • Aunque algunos observadores han documentado una mayor e de

    2018-11-01

    Aunque algunos observadores han documentado una mayor e de la industria del sexo —en particular en lo relativo buy GKPIPNPLLGLDST la pornografía y el cuestiones que se han colado a los medios masivos, por no mencionar su flagrante abundancia en internet (; ; )—, la prostitución en Estados Unidos sigue siendo inaceptable. Es un hecho que cada vez se le sataniza, marginaliza y penaliza más, como resultado de los esfuerzos de una fuerte cruzada moral en su contra. Esta estaba enfocada en un inicio a combatir la trata de personas con fines sexuales, pero luego amplió su rango de acción a la prostitución, la pornografía, los y todas las otras formas de comercio sexual. Esta tendencia punitiva podría considerarse una reacción a la creciente disponibilidad y publicidad masiva de los servicios sexuales, y a aquello que los miembros de la cruzada moral y los líderes políticos consideran una normalización alarmante del sexo en venta. Dicho de otro modo, con ayuda de internet, la falta de regulación neoliberal del comercio y el florecimiento de los mercados libres han permitido que la industria del sexo crezca como nunca antes y a nivel mundial. El neoliberalismo también implica que los individuos tienen a participar en el comercio sexual. En lo personal, sugiero que este relajamiento de la moral sexual tradicional, en combinación con la disponibilidad sin precedentes de una variedad cada vez más grande de servicios sexuales, es justo lo que ha provocado una fuerte resistencia por parte de la ya mencionada cruzada moral que intenta frenar esta ola al impulsar leyes que proscriban el trabajo sexual. Lo anterior es parte de una política simbólica más amplia en la cual ciertas fuerzas sociales han luchado contra otros signos de alarmante () y han intentado imponer una Hunt describe una de sus dimensiones de la siguiente forma: Ese último punto puede extenderse al comercio sexual en general. En Estados Unidos, los esfuerzos de la cruzada moral estaban latentes en los años 90 del siglo , pero se fortalecieron en la siguiente década dado que el advenimiento del gobierno de George Bush abrió una ventana de oportunidad única para que las organizaciones que la conforman insertaran su propia agenda. Los acontecimientos de la administración Bush son consistentes con tendencias más generales hacia una mayor regulación moral que responden a los males sociales percibidos (; ), pero también es evidente que su gobierno alteró radicalmente el grado de acceso estatal y de influencia en materia de políticas que tenían las fuerzas sociales comprometidas con ampliar las regulaciones morales.
    problema meramente Introducción Las discusiones sobre la regulación del trabajo sexual suelen empezar con el énfasis puesto en las diferencias entre distintas posturas regulatorias. Antes de recomendar o adoptar una postura que sustente sus propios proyectos y su propio contexto sociopolítico y ético, las y los investigadores, activistas y diseñadores de políticas públicas con frecuencia reexaminan las aparentes distinciones entre prohibición (prohibir la prostitución y penalizar a Spontaneous mutation las prostitutas y los proxenetas, mas no necesariamente a los clientes), regulación (regular más que prohibir o abolir la prostitución a través de, por ejemplo, la legalización) y los sistemas abolicionistas (abolir la prostitución al penalizar a los clientes y a los proxenetas, mas no a las prostitutas), (véanse Kilvington, Day y Ward 2001; Council of Europe 2007). Sin embargo, las clasificaciones tan precisas son problemáticas, dado a que estos términos describen aspiraciones políticas y sociales generales con respecto a cuáles son las mejores formas de regular la venta de sexo y a los intervalos considerables que inevitablemente existen entre estos objetivos y los modos de intervención que se usan para implementarlos (Phoenix 2009). Aún más distantes son los efectos que tienen estas diversas leyes, políticas y técnicas aplicadas por los gobiernos y por otros actores sociales en el ámbito social. Por lo tanto, un enfoque verticalista transmite una falsa impresión de unidad con respecto a la determinación de las políticas, la cual en realidad siempre es provisional, suele ser contradictoria y en general refleja la “influencia política variada y compleja de los discursos en competencia y de los intereses organizados” (West 2000). Asimismo, los enfoques centrados en el Estado no logran dar cuenta de las condiciones locales, las cuales aparentan ser incongruentes con los términos de la ley formal. Ahora bien, las investigaciones empíricas recientes, incluyendo mi propio trabajo con colegas de tres países europeos, revelan que los enfoques legales que aparentan ser contrastantes en ocasiones producen resultados similares (), incluso si buy GKPIPNPLLGLDST se trata de sistemas de penalización y de legalización que en apariencia son diametralmente opuestos. Sorprende que Suecia y Holanda, a pesar de ser descritos como países que representan “un espejo ideológico de doble vista” (Hobson 1987), parecen tener resultados muy similares en este contexto en cuanto al aumento de la marginalización de formas más públicas de trabajo sexual (trabajo sexual callejero) y de sus participantes, y a la relativa falta de atención a muchas formas de trabajo sexual en interiores.