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  • Plath como acerca de la historia

    2018-11-03

    Plath como acerca de la historia entre ella y Hughes, sino que también descubrió que escribir biografías implica un reto extraordinariamente complejo y que es un género difícil, en el cual la complicidad del lector juega un papel fundamental. Afirma: ¿De qué se trata una biografía? En teoría, se trata de contar la vida de alguien, la cual, por alguna razón, , aunque dicho mérito tenga que ver con los más distintos factores. Además, es un texto que suele presentar, los hechos o acontecimientos que compusieron la —en realidad— azarosa, zigzagueante y discontinua historia de vida de una persona. En la aparente linealidad lograda por este tipo de relato, las causas y motivos que estuvieron detrás de las decisiones y acciones del sujeto de la biografía parecen claras y comprensibles, pues se da cierta coherencia palmitic acid la trayectoria de su vida que, de esta manera, parece tener sentido. Podría además decirse que, para quien lee una biografía, al menos parte de su interés está en que la lectura le dirá esa persona de quien habla el texto; es decir, de alguna manera, la biografía contiene del biografiado. Malcolm nos hace ver en su libro sobre Plath y Hughes que, en el babélico edificio construido alrededor de su historia, hay una consistente búsqueda por descubrir, por una parte, al de la desgracia que le puso fin y, por otra, por conocer el de Sylvia Plath: ¿quién era ese personaje que mostró tan distintas caras e intensidades?, ¿era mujer; poeta; norteamericana o inglesa; madre, esposa o escritora?, ¿cuál era el deseo que la habitaba y cuál el sufrimiento que la llevó al suicidio?, ¿cuál era su ?, ¿será posible aprehender en la lectura de su biografía alguna pista? Desde distintos lugares y con distintos grados de acercamiento o alejamiento emocional, nos dice Malcolm, quienes han escrito sobre la vida de Plath, su muerte y su vínculo con Hughes han creído tener algo que decir respecto a quién era ella en realidad y cuándo es que aparece en el imaginario combate entre una serie de Ted Hughes parecía convencido de que el de Sylvia se había manifestado en su escritura, pero “sólo por un momento”, y que ese auténtico yo era “el de la auténtica poeta, [que] hablaría ahora por sí mismo, desprendiéndose de todos aquellos yos menores y artificiales que hasta entonces habían monopolizado sus palabras. Fue como si, de pronto, un mudo empezara a multinucleate hablar” (14). Por otro lado, señala Malcolm, las feministas escogieron otro aspecto de Plath para hablar de su un yo valeroso para ser desagradable. “’Cada mujer adora a un fascista’, escribe Plath en ’Papaíto’, refiriéndose al macho fascista. Pero las mujeres han adorado a Plath por el fascista que había dentro de ella, por la ’bota en la cara’ con la que, incluso cuando escribe de la opresión masculina, golpea con furia a los lectores de los ambos sexos” (41). Por su parte, Aurelia Plath, la madre de Sylvia, prefería distinguir entre un sano y un enfermo en su hija (43). Por otro lado, estaba la comunidad de escritores ingleses que consideraba que: “la emergencia del como escritora suponía que Plath se despojaba de su identidad norteamericana, junto con las demás identidades que abandonaba. No había escrito —y no podría haber escrito— o en su nativo Massachusetts. La implacable voz de la poeta de era una voz que se había librado de su acento norteamericano” (62). La misma Plath, al hablar de un breve relato que acababa de terminar, dijo: “es envarado, artificial [...] no aflora ni se desarrolla ninguna de las profundas corrientes emocionales de fondo. Como si unas tapas del retrete ocultaran el manantial borbotante y bien enterrado de mi experiencia. Hago unas bonitas estatuas artificiales. No consigo salir de mí misma” (95). ¿Dónde estaba entonces, según ella, su , que no estaba en sí misma? ¿En su experiencia? Y ¿quién era entonces el sujeto de esa experiencia y desde dónde hablaba? Al parecer, Sylvia había discutido el tema con su marido, quien afirmó después: